Concierto del Coro Iubilate y miembros del Coro del Centro Cultural «Santiago y Zaraiche»
Murcia, Iglesia del Corpus Christi de las Madres Agustinas
viernes, 6 abril 2001, 20.30 h
FRANCESCO SCARLATTI (1666 – c. 1741)
Miserere *
para coro a 5 voces, solistas y orquesta de cámara
Miserere mei Deus
Coro y solistas
Amplius lava me
Soprano, Alto, Tenor, Coro
Ecce enim in iniquitatibus conceptus sum
Alto, Tenor
Asperges me hissopo
Baritono, Soprano, Alto
Cor mundum crea in me Deus
Coro
Ne proicias me a facie tua
Alto, Tenor
Redde mihi laetitiam salutaris tui
Sopranos I y II, Barítono
Docebo iniquos vias tuas
Solistas
Sacrificium Deo spiritus contribulatus
Coro
Benigne fac Domine
Barítono
Tunc acceptabis sacrificium justitiae
Coro
Gloria
Coro
* estreno en España
CORO
Coro Iubilate de Murcia y miembros del Coro del Centro Cultural «Santiago y Zaraiche»
Asistente Coro: Miguel Ángel López
SOLISTAS
Sol Sancho, soprano
Charo Alcaraz, soprano
Felicia Ríos, alto
José Antonio Mora, tenor
Alejandro Guillén, barítono
ORQUESTA DE CÁMARA
Mª Carmen Fernández, violín I
José Toledo, violín I
Vicente Cobacho, violín II
Carlos Coll, violín II
Antonio Clares, viola
José Manuel Cuadrado, violonchelo
José Antonio Caravaca, fagot
Francisco Vázquez, órgano
DIRECTOR: Agustín Sánchez López
TEXTO
I. Miserere mei Deus secundum magnam misericordiam tuam. Et secundum multitudinem miserationum tuarum dele iniquitatem meam.
I. Apiádate de mi, oh Dios mío, según tu gran misericordia. Y según la muchedumbre de tus piedades, borra mi iniquidad.
II. Amplius lava me ab iniquitate mea: et a peccato meo munda me. Quoniam iniquitatem meam ego cognosco: et peccatum meum contra me est semper. Tibi soli peccavi et malum coram te feci ut justificeris in sermonibus tuis et vincas cum judicaris.
II. Lávame de mi iniquidad una vez y otra y límpiame de mi pecado. Porque mi iniquidad bien la reconozco y mi pecado clama siempre contra mi. Ante Ti sólo pequé y obré el mal en tu presencia, para que seas reconocido por justo en tus palabras y por vencedor en los juicios de Ti formados.
III. Ecce enim in iniquitatibus conceptus sum: et in peccatis concepit me mater mea. Ecce enim veritatem dilexisti: incerta et occulta sapientiae tuae manifestasti mihi.
III. Mira, pues, que fui engendrado en iniquidades y que en pecado me concibió mi madre. Mira, pues, que amaste siempre la verdad; lo más desconocido y recóndito de tu sabiduría me lo has manifestado.
IV. Asperges me hissopo et mundabor lavabis me, et super nivem dealbabor. Auditui meo dabis gaudium et laetitiam: et exultabunt ossa humiliata. Averte faciem tuam a peccatis meis: et omnes iniquitates meas dele.
IV. Me rociarás con el hisopo, y seré purificado: me lavarás y quedaré más blanco que la nieve. En mi oído harás penetrar el gozo y la alegría, se alborozarán mis huesos quebrantados. Aparta de mis pecados tu rostro y borra todas mis iniquidades.
V. Cor mundum crea in me Deus: et spiritu rectum innova in visceribus meis.
V. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva el espíritu de rectitud en mis entrañas.
VI. Ne proicias me a facie tua: et spiritum sanctum tuum ne auferas a me.
VI. No me arrojes de tu presencia y tu espíritu divino no lo retires de mí.
VII. Redde mihi laetitiam salutaris tui: et spiritu principali confirma me.
VII. Vuélveme la alegría de tu gracia sanadora y fortaléceme con tu espíritu soberano.
VIII. Docebo iniquos vias tuas. et impii ad te convertentur. Libera me de sanguinibus Deus, Deus salutis meae: et exsultabit lingua mea justitiam tuam. Domine labia mea aperies: et os meum annuntiabit laudem tuam. Quoniam si voluisses sacrificium, dedissem utique: holocaustis non delectaberis.
VIII. Yo enseñaré a los malos tus caminos y los impíos se convertirán a Ti. Líbrame de las manchas de sangre, oh Dios, oh Dios de mi salvación y ensalzará mi lengua tu justicia. Tú abrirás mis labios, oh Señor, y mi boca propagará tus alabanzas. Porque si quisieras sacrificios, te los habría ofrecido en verdad: mas Tú no te complacerás en holocaustos.
IX. Sacrificium Deo spiritus contribulatus: cor contritum et humiliatum Deus non despicies.
IX. El sacrificio grato a Dios es un espíritu compungido, un corazón contrito y humillado. Tú, oh Dios, no lo despreciarás.
X. Benign fac Domine in bona voluntate tua Sion: ut aedificentur muri Jerusalem.
X. Muestra, oh Señor, a Sión tu benigna voluntad, para que se edifiquen los muros de Jerusalén.
XI. Tunc acceptabis sacrificium justitiae, oblationes et holocausta: tunc imponent super altare tuum vitulos.
XI. Entonces aceptarás el sacrificio de justicia, las ofrendas y los holocaustos: entonces se pondrán becerros sobre las aras.
XII. Gloria Patri et Filio et Spiritu Sancto sicut erat in principio, et nunc, et semper; et in saecula saeculorum, Amen.
XII. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como fue en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, Amén.
LA VERDAD, Miércoles 18-4-2001 – CULTURA
OCTAVIO DE JUAN • MURCIA
Dentro de la familia musical de los Scarlatti, en la que por cierto aparecen varias mujeres, la figura de Francesco (hermano de Alessandro y, tío, por tanto de Domenico, figuras ambas relevantes en la música europea, el primero por su aportación a la ópera y el segundo por su excepcional obra clavecinística, realizada, como se sabe, la mayor parte en la Corte Española), nos era enteramente desconocida. Hasta que Agustín Sánchez y sus jóvenes cantores del Coro Iubilate han asumido por su cuenta y razón el acertado y arriesgado compromiso de ofrecer en la iglesia Corpus Christi de las Madres Agustinas, una de las piezas de música religiosa que mayor fama dieron al italiano por las cortes europeas de su tiempo.
Un Miserere para solistas, coro y acompañamiento instrumental, que en esta ocasión fue desempeñado por un pequeño pero eficiente conjunto de cámara integrado por parejas de violines primeros y segundos, viola, violonchelo, fagot y órgano. El esfuerzo ha valido desde luego la pena, y así lo entendió el público que acertó a abarrotar la recoleta iglesia gue guarda la imagen de Santa Cecilia de Roque López, aplaudiendo incansablemente al final de la media hora larga que duró la versión de este interesante Miserere, cantado de principio a fin sin la menor duda, tanto por parte de las veinte voces del coro como por parte del quinteto solista integrado por las sopranos Sol Sancho y Charo Alcaraz, la contralto Felicia Ríos, el tenor José Antonio Mora y el bajo Alejandro Guillén.
Pero la obra es predominantemente coral y acaso sean las intervenciones del coro las más bellas y de mayores alardes técnicos, alternándose los fragmentos homofónicos (Sacrificium Deo ) con los contrapuntísticos (Tunc acceptabis ) hasta llegar al Gloria final en donde el compositor siciliano no ahorra medios ni dificultades para procurar una brillante conclusión para su partitura.